Ocultar las ojeras y otras imperfecciones se convierte en una obsesión. Pero el uso inadecuado del corrector puede ser mucho peor que su ausencia.
Las ojeras y las bolsas debajo de los ojos son las principales causantes de que nuestro rostro parezca cansado y con algunos años de más. Por eso, el párpado inferior se convierte en objetivo prioritario para muchas mujeres. Para hacerlo contamos con los correctores. Estos productos ‘milagro’ tienen como objetivo cubrir y disimular las ojeras y otras imperfecciones del cutis como los granitos, las manchas o las rojeces.
Para que los correctores cumplan su función, sin embargo, hay que hacer un buen uso de ellos: elegir el tono adecuado, aplicarlo correctamente y no abusar del producto son las principales premisas de partida.
Preparación de la zona.
Para corregir las ojeras es importante usar antes un producto específico para la zona. “Igual que en el rostro aplicamos un sérum o una crema hidratante, antes de la base, en el contorno del ojo hay que aplicar un producto específico, que descongestione la zona y le aporte luminosidad.
Elección del tono.
¿Sabes qué es el efecto antifaz u ojos panda? Se aprecia sobre todo en las fotos y es cuando la parte de los ojos aparece más clara que el resto del rostro.
Se produce cuando se ha utilizado un tono inadecuado de corrector en las ojeras, de forma que en lugar de disimularlas, se marcan más. Pues bien para evitarlo es fundamental acertar en el tono del corrector.
El tono adecuado de corrector está relacionado con el tono de maquillaje y por tanto con el tono natural de tu piel. El corrector tiene que ser ligeramente más claro que el tono natural sin que quede gris o artificial.
Algunas firmas de cosmética ofrecen correctores en diferentes colores que se usan para ocultar problemas específicos: el tono salmón sirve para ocultar las ojeras verdosas; el rosa o blanco es adecuado para pieles blancas, sin apenas ojeras; el amarillo neutraliza las imperfecciones de tono violáceo; el verde se usa para cubrir granos y rojeces. En cualquier caso, un consejo: cuando vayas a comprar un corrector déjate asesorar por un experto para acertar con el tono.
Textura.
Hay correctores en lápiz, crema, fluido, barra, gel. ¿Cuál elegir? Ten en cuenta tanto tu tipo de piel como tus gustos personales. La textura debe ser hidratante para que no se resquebraje en las líneas de expresión, y de larga duración, para que no se cuartee con el paso del tiempo.
Los líquidos cubren menos pero aportan mayor hidratación así que son más recomendables para las pieles maduras. Los correctores en crema tienen una textura intermedia, cubren más y van bien para pieles secas. Los correctores en barra y lápiz tienen una textura más densa y son más adecuados para pieles más jóvenes y grasas.
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